El espectáculo Mi nombre es ninguno es fruto de un proceso creativo en el que trabajamos directamente con menores extranjeros y extranjeras no acompañados (los tristemente célebres ‘menas’) en Gipuzkoa, y que trata de hacer foco y reflexionar sobre el estigma que soporta este colectivo.
En La Odisea, Ulises decía “Mi nombre es ninguno. Ninguno mi padre y mi madre me llamaron de siempre y también me llaman todos”. En medio del ruido mediático que rodea a estos migrantes menores, planteamos oír su propia voz, utilizando la creación cultural como instrumento de visibilización en positivo y transformación de este colectivo de niños solos.
Con un espíritu interdisciplinar (creación audiovisual, música en directo, artes escénicas) y un texto cuya elaboración a partir de los testimonios de los protagonistas recibió el apoyo a la Creación Cultural del Gobierno Vasco, el espectáculo intenta contribuir a cambiar nuestra mirada hacia ellas y ellos para que dejen de ser ninguno.
